En esta penúltima reunión del mes de Mayo de 2011, el Señor habló a nuestro corazón través de su sierva María Ester Gastaldi, quien nos llevó a reflexionar sobre el inmenzo amor de Dios por cada uno de nosotros. Un amor que va más allá de las palabras. Un amor que lo llevó a entregar a su único hijo en propiciación por nuestros pecados. Un amor que nos protege, nos provee y nos fortalece.
En definitiva, el nos ama y nos amará por siempre, porque esa es su esencia.
Y si Jesús voluntariamente llevó el castigo de nuestras iniquidades sobre sí mismo y nos otorgó por su amor, la maravillosa gracia del perdón. Sólo debemos aceptar ese perdón, perdonarnos a nosotros mismos y vivir la clase de vida que el trazó para nosotros. Su palabra es clara ¨No hay mayor amor que este, que uno ponga la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si haceis lo que yo os mando¨